martes, 22 de marzo de 2011

El médico atiende a un viejecito millonario que había comenzado a usar un revolucionario audífono:
- Y entonces, señor Almeida, ¿le está resultando bien su nuevo aparato?
- Si, por fin puedo oír con claridad.
- ¿Y a su familia le gustó?
- Pues todavía no se lo conté, pero ya cambié mi testamento tres veces...

No hay comentarios:

Publicar un comentario