martes, 9 de agosto de 2011

Un ingeniero estaba cruzando la calle un día, cuando un sapo lo llamó y le dijo:
- Si me besas, me volveré una hermosa princesa.
El ingeniero se inclinó, tomó el sapo y se lo metió en el bolsillo.
El sapo volvió a hablar y dijo:
- Si me besas para que me vuelva una hermosa princesa, me quedaré contigo durante una semana.
El ingeniero sacó el sapo del bolsillo, le sonrió y lo volvió a guardar.
Entonces el sapo agregó de nuevo:
- Si me besas y me vuelvo una hermosa princesa, me quedaré contigo y haré cualquier cosa que desees.
Otra vez el ingeniero sacó el sapo, le sonrió y lo devolvió al bolsillo. Finalmente el sapo gritó:
- ¿Qué pasa? Te dije que soy una hermosa princesa, que me quedaré contigo una semana y haré lo que quieras. ¿Por qué no me besas?
El ingeniero le dijo:
- Mira, soy un ingeniero. No tengo tiempo para chicas. Pero un sapo que habla: ¡¡eso sí que es interesante!!

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